¿Composicion quimica del aceite de maiz?

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Si alguna vez te has preguntado qué constituye el aceite de maíz o qué granos son responsables de sus fenómenos eléctricos, has venido al lugar correcto. En esta publicación de blog, vamos a sumergirnos en ¿Composición química del aceite de maíz?.

¿Composicion quimica del aceite de maiz?
¿Composicion quimica del aceite de maiz?

Veremos por qué es importante comprender estos detalles y cómo aplicarlos a diferentes áreas de la ciencia. También hablaremos de algunos datos interesantes sobre el maíz y sus usos a lo largo de la historia.

Estén atentos: al final de esta sección, comprenderá a fondo la composición química del aceite de maíz.

¿Composicion quimica del aceite de maiz?

¿Composicion quimica del aceite de maiz?

En los últimos años, el mercado alimentario mundial ha mostrado una creciente demanda de productos diferenciados de mayor calidad para diversos fines.

En el sector de los aceites vegetales producidos en Argentina, los aceites de girasol y de soja tienen una gran importancia tanto en el mercado nacional como en el internacional.

Aunque el maíz tiene una participación menor en el mercado de aceites debido a ser un subproducto, es muy valorado y apreciado por su sabor suave, alto punto de humo, alto porcentaje de triglicéridos (98% en el aceite refinado), elevado contenido de ácidos grasos insaturados y presencia de tocoferoles (vitamina E) con propiedades antioxidantes (Eyhérabide et al., 2005).

El perfil ácido del aceite de maíz hace que sea adecuado para la fritura, especialmente cuando resulta económicamente viable en países de alta producción como Estados Unidos o Argentina.

La competitividad del aceite de maíz en los mercados justifica realizar modificaciones en su composición para abrir nuevas aplicaciones tanto en la alimentación como en el uso industrial (Dunlap et al., 1995).

Debido a su importancia en la nutrición humana, los ácidos grasos que reciben mayor atención son el palmítico (16:0), el esteárico (18:0), el oleico (18:1), el linoleico (18:2) y el linolénico (18:3).

La composición típica de un aceite de maíz es la siguiente: palmítico (11%), esteárico (2%), oleico (24,1%), linoleico (61,9%) y linolénico (0,7%).

En menor proporción (<1%), contiene otros ácidos grasos como láurico (12:0), mirístico (14:0), palmitoleico (16:1), araquidónico (20:0) y erúcico (22:1) (Lambert, 2001).

Una característica importante de los aceites de maíz es su elevado contenido de ácidos grasos insaturados (18:1 y 18:2) y su bajo contenido de ácidos grasos saturados (16:0 y 18:0) (Weber, 1987).

A pesar de su alto contenido de ácidos grasos poliinsaturados, el aceite de maíz es estable debido a su bajo porcentaje de ácido graso inestable 18:3 y a sus niveles relativamente altos de antioxidantes naturales (Weber, 1983).

¿Cuáles son los elementos químicos del aceite?

¿Cuáles son los elementos químicos del aceite?

Los aceites esenciales son compuestos producidos por el metabolismo de las plantas y muchos de ellos son volátiles, lo que les confiere su característico aroma.

Se estima que un aceite esencial puede contener entre 50 y 300 compuestos químicos, los cuales pertenecen a diferentes grupos como hidrocarburos terpénicos, alcoholes, aldehídos, cetonas, éteres, ésteres, compuestos fenólicos, fenilpropanoides, entre otros.

La composición química de los aceites esenciales puede variar según la especie y las condiciones ambientales en las que se cultiven.

Estos aceites esenciales desempeñan un papel ecológico importante, ya que atraen a polinizadores y ayudan en la dispersión de frutos y semillas.

Además, pueden actuar como repelentes de insectos y forman parte de la defensa química de las plantas. Son de gran relevancia en diversas industrias como la alimentaria, farmacéutica, de sabores y fragancias, cosmética y productos de cuidado personal.

También se utilizan como una alternativa a los pesticidas sintéticos en el control de insectos, hongos y nematodos.

En este estudio, se investiga la composición química de 10 plantas aromáticas peruanas con el objetivo de encontrar aceites esenciales que puedan ser utilizados como atrayentes o repelentes del Thrips tabaci, una plaga que afecta al cultivo de espárragos.

Los aceites esenciales obtenidos se evaluarán en campos de cultivo de espárragos para determinar su potencial en el control del Thrips.

¿Qué tipo de aceite es el aceite de maíz?

¿Qué tipo de aceite es el aceite de maíz?

El aceite de maíz es un tipo de aceite vegetal obtenido a partir de las semillas de maíz. A continuación, se presentan algunas de sus propiedades y beneficios:

Bajo en grasas saturadas: El aceite de maíz tiene un bajo contenido de grasas saturadas, lo que lo convierte en una opción más saludable en comparación con otros aceites de origen animal o vegetal.

Alto en ácidos grasos poliinsaturados: El aceite de maíz es rico en ácidos grasos poliinsaturados, especialmente en ácido linoleico, que es esencial para la salud del corazón.

Fuente de vitamina E: El aceite de maíz es una buena fuente de vitamina E, un antioxidante que ayuda a proteger las células del cuerpo contra el daño causado por los radicales libres.

Posible reducción del colesterol: Los ácidos grasos poliinsaturados presentes en el aceite de maíz pueden ayudar a reducir los niveles de colesterol en la sangre, lo que a su vez puede disminuir el riesgo de enfermedades cardíacas.

Versatilidad: El aceite de maíz es un aceite de cocina versátil que se puede utilizar para freír, cocinar a altas temperaturas o como base para ensaladas y aderezos.

Es importante tener en cuenta que, aunque el aceite de maíz tiene beneficios potenciales para la salud, su consumo debe ser moderado y formar parte de una dieta equilibrada.

Siempre es recomendable consultar con un profesional de la salud antes de realizar cambios significativos en la alimentación.

¿Qué tipo de acido graso es el aceite de maíz?

¿Qué tipo de acido graso es el aceite de maíz?

Por un lado, la composición del aceite de maíz se ve influenciada por varios loci de carácter cuantitativo (QTL) (Alrefai et al., 1995; Mangolin et al., 2004; Song, et al., 2004; Wassom et al., 2008).

Estudios de mapeo genético y el uso de marcadores relacionados con la composición del aceite en el maíz han informado la presencia de múltiples (> 50) QTL involucrados en la síntesis y composición de ácidos grasos (Laurie et al., 2004).

Recientemente, se identificaron 42 QTL asociados con la composición y concentración de aceite en 21 regiones genómicas del maíz en una población recombinante derivada del cruce entre la línea normal B73 y la línea de alto contenido de aceite By804 (Yang et al., 2010).

Por otro lado, Zheng et al. (2008) descubrieron un QTL (qHO6) en el cromosoma 6 que afecta el contenido de aceite y ácido oleico en el grano de maíz. Este QTL codifica una enzima llamada acil-CoA:diacilglicerol aciltransferasa (DGAT1-2), que cataliza la etapa final de la síntesis de aceite.

Una inserción de fenilalanina en DGAT1-2 en la posición 469 (F469) fue responsable del aumento del contenido de aceite y ácido oleico. La expresión de esta variante de DGAT1-2 demostró ser eficaz para aumentar el contenido de aceite en un 41% y el porcentaje de ácido oleico en un 107% (Chai et al., 2011; Motto et al., 2010; Balconi et al., 2008).

Además, la composición de ácidos grasos en el maíz está controlada por una serie de genes principales que codifican enzimas desaturasas.

Mediante estudios de mutagénesis, se identificó una mutación en el gen olc1 que incrementaba la concentración de ácido oleico en el aceite de maíz de la línea B73, pasando del 27% al 52%, mostrando un efecto aditivo en su expresión.

Esta mutación se encuentra en el brazo largo del cromosoma 1. Aunque no se conoce completamente el efecto metabólico del gen olc1, según Robbelen (1991), posiblemente se produzcan modificaciones que conduzcan a un aumento en los niveles de ácido oleico al evitar su desaturación.

Una mutación que afecte la desaturación del ácido oleico podría explicar el efecto de olc1, ya que gran parte del aumento en la composición de ácido oleico causado por olc1 ocurre a expensas del ácido linoleico (Wright, 1995).

La vía de biosíntesis de ácidos grasos presentada por Browse y Somerville (1991) indica que un solo gen, que codifica la enzima omega-6-desaturasa, convierte el ácido oleico (18:1) en ácido linoleico (18:2) insertando un doble enlace en la posición omega-6. El locus ln1 se correspondería con el gen de la omega-6-desaturasa (Alrefai et al., 1995).

El aceite de maíz muestra una gran variabilidad en la calidad debido a las diferentes composiciones de ácidos grasos. Según la FAO (2003), el aceite de maíz tiene niveles bajos de ácidos grasos saturados, con niveles promedio de alrededor del 11% para el ácido palmítico y alrededor del 2% para el ácido esteárico, pero presenta una alta proporción de ácido linoleico con un promedio del 24%.

Por otro lado, Jellum (1970) encontró una amplia gama de perfiles de ácidos grasos en granos de maíz de diversas variedades de Estados Unidos y 140 líneas endocriadas australianas, con rangos que van desde un 6% hasta un 22% de ácido palmítico, un 0,6% hasta un 15% de ácido esteárico, un 14% hasta un 64% de ácido oleico y un 19% hasta un 71% de ácido linoleico.

Boyer y Hannah (2000) indicaron que en promedio el aceite de maíz contiene aproximadamente un 50% de ácido linoleico, un 40% de ácido oleico y un 1% de ácido linolénico, mientras que Lambert (2001) encontró una composición algo diferente: un 62% de ácido linoleico, un 24% de ácido oleico, un 0,7% de ácido linolénico, y cantidades muy reducidas de ácido láurico, mirístico, palmitoleico, araquídico, behénico, erúcico y lignocerico. Saleem et al.

(2008), al estudiar el aceite de maíz de diez poblaciones en Pakistán, encontraron niveles variables de ácido oleico (12,0%-37,3%), ácido linoleico (21,0%-65,3%) y ácido palmítico (10,4%-21,3%).

En Argentina, la Secretaría de Agricultura, Ganadería, Pesca y Alimentos (SAGPyA) informó en 2003 que la composición promedio de ácidos grasos en el maíz producido en el país es de aproximadamente un 45,6% de ácido linoleico, un 37,2% de ácido oleico, un 0,6% de ácido linolénico, un 13,6% de ácido palmítico y un 1,7% de ácido esteárico.

Estos promedios fueron luego corroborados por la Asociación Argentina de Grasas y Aceites (ASAGA) durante la 1.ra Jornada de Lípidos y Nutrición en noviembre de 2003, que también indicó que los maíces argentinos tienen en promedio un 16% de ácidos grasos saturados, un 37% de ácidos grasos monoinsaturados y un 47% de ácidos grasos poliinsaturados.

Además, Eyhérabide et al. (2005) reportaron la siguiente composición media de ácidos grasos en maíces locales seleccionados en Argentina: ácido palmítico (9,6%-12,3%), ácido esteárico (0,9%-3,1%), ácido oleico (27,8%-54,8%) y ácido linoleico (33,1%-70,0%).

Los datos más recientes publicados en Argentina por ILSI Argentina (2014) indican el siguiente perfil ácido para el aceite de maíz argentino: ácido palmítico (7,94%-14,05%), ácido esteárico (1,33%-2,66%), ácido oleico (19,4%-40,2%), ácido linoleico (43,1%-64,4%) y ácido linolénico (0,71%-1,42%).

¿Qué diferencia hay entre el aceite de girasol y el de maíz?

¿Qué diferencia hay entre el aceite de girasol y el de maíz?

Existe una gran diferencia entre el aceite de oliva virgen y los aceites refinados (como el aceite de girasol, soja, maíz y semillas). Estos últimos son sometidos a procesos de adición de disolventes, sosa o ácido fosfórico antes de ser adecuados para el consumo humano. Además, durante el proceso de refinado se pierden vitaminas, polifenoles y otros componentes beneficiosos para nuestro organismo.

El aceite de oliva, por otro lado, presenta una buena resistencia y estabilidad ante altas temperaturas, como las utilizadas en guisos y frituras. En contraste, otros tipos de aceite como el de soja o girasol no garantizan que no se produzcan alteraciones nocivas para el sabor y la salud de los consumidores.

Aunque el aceite de oliva ha sido tradicionalmente considerado como el mejor, existen otros aceites que también son beneficiosos para el organismo. Estos aceites son ricos en grasas poliinsaturadas, como el ácido linoleico y los ácidos linolénicos presentes en la grasa del pescado azul. Estos ácidos grasos son esenciales en una dieta sana y equilibrada, ya que el organismo no puede producirlos por sí solo.

Estas grasas protegen contra enfermedades cardiovasculares, reducen los niveles de colesterol y triglicéridos en la sangre, disminuyen el riesgo de formación de coágulos sanguíneos como la trombosis y los accidentes cardio y cerebrovasculares, y aumentan el diámetro de los vasos sanguíneos.

Dentro de este grupo se encuentran:

  • Aceite de girasol: Es el más rico en ácido linoleico y, después del germen de trigo, también es rico en vitamina E. Estudios recientes demuestran que tiene un menor contenido de grasas saturadas (incluso menos que el aceite de maíz) y un mayor contenido de ácidos grasos poliinsaturados.
  • Aceite de maíz: Tiene propiedades similares al aceite de girasol. Principalmente fluidifica el flujo sanguíneo, favoreciendo la limpieza arterial y previniendo o reduciendo el colesterol y las lipoproteínas de baja calidad.
  • Aceite de soja: Tiene un sabor neutro y es rico en ácido linolénico. Se obtiene de las semillas de soja, que son ricas en ácidos grasos poliinsaturados, fósforo y lecitina, mediante presión o extracción con solventes. Sin embargo, el aceite prensado se altera fácilmente, por lo que el que se encuentra en el mercado es refinado e hidrogenado.
  • Aceite de nuez: Se obtiene mediante prensado en frío y no requiere refinamiento. Las grasas de legumbres, cereales y nueces son fuentes de ácidos grasos que el cuerpo utiliza para producir colesterol.
  • Aceite de sésamo: Tiene un sabor y aroma muy agradables. Contiene una proporción igual de ácido oleico (monoinsaturado) y linoleico (poliinsaturado). No requiere refinamiento y además contiene un antioxidante natural llamado sesamol, que lo mantiene estable y resistente a la oxidación.
  • Aceite de coco y de palma: Estos aceites son ricos en grasas saturadas, y su consumo puede aumentar los niveles de colesterol en la sangre. Son menos saludables que otros aceites y se suelen utilizar en la elaboración de productos de repostería industrial y algunas frituras.

Conclusión:

En conclusión, el aceite de maíz es un aceite vegetal ampliamente utilizado que es conocido por su alto punto de humo y sabor suave.

La composición química del aceite de maíz incluye una variedad de ácidos grasos, incluyendo ácidos oleico, linoleico y palmítico. También contiene varias vitaminas y antioxidantes que son beneficiosos para la salud humana.

Si bien es importante consumir aceite de maíz con moderación, incorporarlo a una dieta equilibrada puede proporcionar numerosos beneficios para la salud. Si deseas más información visita el sitio web Elpoderestuyo.mx.

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